Tras los rallys y la F-1, esta semana les toca arrancar a las motos, también muy afectadas por la crisis económica.
Qatar, un circuito construido en medio del desierto, será esta semana escenario del inicio del Mundial de motociclismo, más pendiente de la crisis que de cualquier otra novedad, favorito o estrategia. El caos económico ha pillado a muchos, no a todos, con los deberes por hacer. Es lógico, se trata de un deporte que depende, fundamentalmente, de dos factores que ocupan el podio del desastre: las fábricas de motos, cuyas ventas se han precipitado al 50% del pasado año, y los patrocinadores, que lo primero que han cortado es en patrocinio. El pronóstico ha sido fácil de anunciar: solo se han salvado los equipos oficiales (y no todos, ha caído Kawasaki) y aquellos que, como Honda (Repsol) o Yamaha (Fiat), o como Valentino Rossi o Dani Pedrosa, tenían ya firmados sus contratos. Los medianos y pequeños han sobrevivido como han podido, pagando tarde y mal, rebajándose el sueldo y buscando un milagro.
Todo el mundo se ha apretado el cinturón. Como acaba de explicar Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna Sports, organizadora del Mundial de motos, "hemos de ser conscientes de que hemos vivido en un tiempo en que todo era válido y ahora habrá que aprender a gestionar esto con éxito y con muchísimos menos recursos". Y, en declaraciones a la web de Managingsport.com, Ezpeleta lo explicó aún mejor: "¿Qué es mejor? ¿qué las motos de GP rueden en Jerez a 1.39 o a 1.40 minutos? Al espectador, al aficionado, le da lo mismo. Coincidiremos que este no es el corazón del negocio. Si ganar un segundo, de 40 a 39, vale 30 millones de euros al año, ¡carguémonos los 30 millones!". Y en eso están. En reducir los costes pero mantener el espectáculo.
Durante meses, organizador, circuitos, fábricas, mánagers, dueños de equipos, patrocinadores y, en menor medida porque tenían poco que decir, pilotos, han reflexionado sobre la situación y, al final, las parrillas arrancarán al completo, o casi. Con menor parafernalia, cierto, presupuestos disminuidos (Honda, Yamaha y Suzuki han descendido el suyo en un 25% y Ducati, en un 10%), algunos pilotos han aceptado bajarse el sueldo y otros han aceptado correr en espera de lograr éxitos y sumar patrocinadores. Ingenieros y mecánicos han aceptado cambiar el asiento de bussiness del avión y el hotel de lujo por turista y tres estrellas.
Nada de todo eso ha variado el pronóstico. El campeón, el doctor Rossi (Yamaha), se mantiene invariablemente en la cima de las apuestas. Quien se la juegue por él, ganará una miseria. Ocurre lo mismo con el silencioso y eficaz Casey Stoner, poseedor de la única Ducati capaz de romper récords. O será que él es el único capaz de entenderlo. Si quiere superar la crisis en las casas de apuestas, hay que apostar por Dani Pedrosa (Honda), por Jorge Lorenzo (Yamaha), atreverse con Loris Capirossi, cuya Suzuki ofrece un aspecto estremecedor, o, incluso, por Andrea Dovizioso, la apuesta de Honda.
Nadie sabe realmente cómo se encuentra el escafoides izquierdo operado de Stoner. Es uno de los pocos pilotos punteros, al igual que Pedrosa, que no ha realizado simulacro alguno de gran premio. Ha sido el más rápido, sí, pero en seis o siete vueltas. Rossi y Lorenzo sí han demostrado resistir todas las vueltas, los 42 minutos y pico de un GP. Y lo hicieron, según explican sus técnicos, a "altísimo rendimiento". Stoner o juega con sus rivales para despistarlos o, realmente, su muñeca izquierda no está aún al cien por cien y espera exprimir su esfuerzo el domingo en el primer GP.
Los resultados de los dos últimos años, sin crisis, colocan a Rossi y Stoner como únicos favoritos reales al título de este año. De los 36 grandes premios disputados en el 2008 y 2009, Stoner ha ganado 16 carreras y Rossi, 13. Las migajas fueron para Pedrosa (4), Lorenzo (1), Capirex (1) y Chris Vermeulen (1). Nadie, nadie, piensa en otro campeón que ellos. Pero esto hay que correrlo.
Todo el mundo se ha apretado el cinturón. Como acaba de explicar Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna Sports, organizadora del Mundial de motos, "hemos de ser conscientes de que hemos vivido en un tiempo en que todo era válido y ahora habrá que aprender a gestionar esto con éxito y con muchísimos menos recursos". Y, en declaraciones a la web de Managingsport.com, Ezpeleta lo explicó aún mejor: "¿Qué es mejor? ¿qué las motos de GP rueden en Jerez a 1.39 o a 1.40 minutos? Al espectador, al aficionado, le da lo mismo. Coincidiremos que este no es el corazón del negocio. Si ganar un segundo, de 40 a 39, vale 30 millones de euros al año, ¡carguémonos los 30 millones!". Y en eso están. En reducir los costes pero mantener el espectáculo.
Durante meses, organizador, circuitos, fábricas, mánagers, dueños de equipos, patrocinadores y, en menor medida porque tenían poco que decir, pilotos, han reflexionado sobre la situación y, al final, las parrillas arrancarán al completo, o casi. Con menor parafernalia, cierto, presupuestos disminuidos (Honda, Yamaha y Suzuki han descendido el suyo en un 25% y Ducati, en un 10%), algunos pilotos han aceptado bajarse el sueldo y otros han aceptado correr en espera de lograr éxitos y sumar patrocinadores. Ingenieros y mecánicos han aceptado cambiar el asiento de bussiness del avión y el hotel de lujo por turista y tres estrellas.
Nada de todo eso ha variado el pronóstico. El campeón, el doctor Rossi (Yamaha), se mantiene invariablemente en la cima de las apuestas. Quien se la juegue por él, ganará una miseria. Ocurre lo mismo con el silencioso y eficaz Casey Stoner, poseedor de la única Ducati capaz de romper récords. O será que él es el único capaz de entenderlo. Si quiere superar la crisis en las casas de apuestas, hay que apostar por Dani Pedrosa (Honda), por Jorge Lorenzo (Yamaha), atreverse con Loris Capirossi, cuya Suzuki ofrece un aspecto estremecedor, o, incluso, por Andrea Dovizioso, la apuesta de Honda.
Nadie sabe realmente cómo se encuentra el escafoides izquierdo operado de Stoner. Es uno de los pocos pilotos punteros, al igual que Pedrosa, que no ha realizado simulacro alguno de gran premio. Ha sido el más rápido, sí, pero en seis o siete vueltas. Rossi y Lorenzo sí han demostrado resistir todas las vueltas, los 42 minutos y pico de un GP. Y lo hicieron, según explican sus técnicos, a "altísimo rendimiento". Stoner o juega con sus rivales para despistarlos o, realmente, su muñeca izquierda no está aún al cien por cien y espera exprimir su esfuerzo el domingo en el primer GP.
Los resultados de los dos últimos años, sin crisis, colocan a Rossi y Stoner como únicos favoritos reales al título de este año. De los 36 grandes premios disputados en el 2008 y 2009, Stoner ha ganado 16 carreras y Rossi, 13. Las migajas fueron para Pedrosa (4), Lorenzo (1), Capirex (1) y Chris Vermeulen (1). Nadie, nadie, piensa en otro campeón que ellos. Pero esto hay que correrlo.
Emilio Pérez de Rozas -elperiodicodearagon.com
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