La máquina salió acelerada del circuito y se llevó por delante dos cochecitos, que estaban a más de 12 metros
La Guardia Civil volvió ayer por la mañana al escenario del trágico accidente que provocó la muerte del bebé de seis meses el pasado fin de semana durante la celebración del Campeonato de Enduro Cidade de Tui. Los agentes se desplazaron a la zona conocida como Alto do Coello, en la parroquia de Randufe, pasadas las diez y media de la mañana y trabajaron durante varias horas sobre el terreno en el que se desarrolló la prueba para realizar una inspección ocular de la zona y levantar un croquis que permita reproducir gráficamente el siniestro.
Las primeras valoraciones estimativas apuntan a que el piloto se cayó de la moto dentro del circuito, a unos dos metros de la cinta de señalización que delimitaba el circuito. Según estos datos, el motorista perdió antes el control de la moto, que salió acelerada hacia la zona en la que se encontraba el público.
Las mediciones orientativas iniciales indican que la motocicleta recorrió ya sin piloto unos 24 metros fuera del recinto de cierre y en ese trayecto fue cuando arrolló a los cochecitos de los dos primos, cuyos padres también se encontraban compitiendo. La embestida se produjo a más de 12 metros de distancia de la cinta de señalización del límite del circuito.
«Salió disparada como un proyectil, el conductor cayó y la moto la siguió pilotando el diablo», manifestó un agente de la Policía Local horas después del accidente que costó la vida a un bebé de seis meses. Esa versión se refuerza ahora con las mediciones de campo realizadas por la Guardia Civil, ya que, tras impactar con el cochecito y el capazo, la motocicleta arrastró otros doce metros más el capazo en el que estaba el bebé que murió veinticuatro horas después en el hospital al que fue trasladado.
Un fallo mecánico
Las versiones de los testigos apuntan desde un principio a que un fallo mecánico fue la causa que provocó el trágico siniestro. La motocicleta salió disparada porque se quedó bloqueado el acelerador, probablemente a la máxima potencia. Solamente de esa forma parece explicarse lo inexplicable porque además de recorrer más de 26 metros sin piloto, lo hizo sobre un tramo de terreno ascendente.
Algunos de los testigos señalaron que cuando la moto se detuvo mantenía todavía la aceleración. «Fue tan rápido que no nos dio tiempo a reaccionar; fue cuestión de segundos, cuando nos quisimos dar cuenta ya solo pudimos ver los destrozos», manifestó una de las personas que estaba presenciando la carrera y que fue testigo de los hechos.
Tanto los responsables del Concello de Tui como de la Federación Galega de Motociclismo, así como la Policía Local y el club organizador de la carrera, que está incluida en el Campeonato Galego de Enduro, confirmaron que la prueba «cumplía con todas las medidas de seguridad».
La Guardia Civil de Tui tomará declaración a los testigos de los hechos a lo largo de las próximas horas, en lo que será un paso más para conocer las causas del suceso.
Las primeras valoraciones estimativas apuntan a que el piloto se cayó de la moto dentro del circuito, a unos dos metros de la cinta de señalización que delimitaba el circuito. Según estos datos, el motorista perdió antes el control de la moto, que salió acelerada hacia la zona en la que se encontraba el público.
Las mediciones orientativas iniciales indican que la motocicleta recorrió ya sin piloto unos 24 metros fuera del recinto de cierre y en ese trayecto fue cuando arrolló a los cochecitos de los dos primos, cuyos padres también se encontraban compitiendo. La embestida se produjo a más de 12 metros de distancia de la cinta de señalización del límite del circuito.
«Salió disparada como un proyectil, el conductor cayó y la moto la siguió pilotando el diablo», manifestó un agente de la Policía Local horas después del accidente que costó la vida a un bebé de seis meses. Esa versión se refuerza ahora con las mediciones de campo realizadas por la Guardia Civil, ya que, tras impactar con el cochecito y el capazo, la motocicleta arrastró otros doce metros más el capazo en el que estaba el bebé que murió veinticuatro horas después en el hospital al que fue trasladado.
Un fallo mecánico
Las versiones de los testigos apuntan desde un principio a que un fallo mecánico fue la causa que provocó el trágico siniestro. La motocicleta salió disparada porque se quedó bloqueado el acelerador, probablemente a la máxima potencia. Solamente de esa forma parece explicarse lo inexplicable porque además de recorrer más de 26 metros sin piloto, lo hizo sobre un tramo de terreno ascendente.
Algunos de los testigos señalaron que cuando la moto se detuvo mantenía todavía la aceleración. «Fue tan rápido que no nos dio tiempo a reaccionar; fue cuestión de segundos, cuando nos quisimos dar cuenta ya solo pudimos ver los destrozos», manifestó una de las personas que estaba presenciando la carrera y que fue testigo de los hechos.
Tanto los responsables del Concello de Tui como de la Federación Galega de Motociclismo, así como la Policía Local y el club organizador de la carrera, que está incluida en el Campeonato Galego de Enduro, confirmaron que la prueba «cumplía con todas las medidas de seguridad».
La Guardia Civil de Tui tomará declaración a los testigos de los hechos a lo largo de las próximas horas, en lo que será un paso más para conocer las causas del suceso.
lavozdegalicia.es
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