martes, 26 de mayo de 2009

DUCATI INDIANA: UNA MOTO LLAMADA "CABALLO"

¡La gran olvidada de DUCATI!
Ducati se inspiró en un celebre título cinematográfico para crear el eslogan publicitario de su primer y único modelo custom, la Indiana.
A mediados de los años ochenta del pasado siglo la factoría Ducati se ve inmersa en una profunda crisis que no consigue superar. Solamente la adquisición de la empresa por parte de los hermanos Castiglione solucionará la continuidad de las bicilindricas desmodrómicas. Los aires frescos que trae Cagiva a las naves de Ducati, llevan nuevos modelos a sus cadenas de montaje. Cagiva, firma fundada por los Castiglione y con sede en Schiranna, tiene ahora la oportunidad de crear nuevas motos con motorización Ducati. Un intercambio de productos que será bueno para ambas marcas, y además, todo queda en casa. El rebrote de inspiración de su nuevo propietario, llega con el convicto propósito de relanzar la marca y lavarle un poco la cara. Confiados en el segmento de las supersport, los Castiglione estrujan al máximo el validísimo motor desmodrómico, dando vida a modelos capaces de hacerse un importante hueco en segmentos desconocidos para la marca de Bolonia. Es así como surgen modelos tan insólitos como la Indiana. El sistema de trabajo con dos marcas en la misma empresa, permite a sus directivos afrontar el mercado de una forma más amplia. Dentro de un mismo segmento de motos, ambas marcas podían introducir dos modelos muy diferentes, que sin hacerse la competencia, llegaban al mismo sector de público, aunque de gustos bien distintos. Primero fue la Cagiva Alazzurra, que conjuntamente con la Ducati TL, formaban un único frente en el fragmento turístico. Más tarde, la moda trail lleva a los diseñadores del grupo Castiglione a crear la Cagiva Elephant, una exagerada enduro propulsada por un bicilindrico Ducati de 900 cc, la cual tuvo una gran aceptación tras sus participaciones en el Paris Dakar. No se puede negar que el paso de Ducati por manos de los Castiglione, marcó una antes y un después en la marca de Bolonia.
CUSTOM A LA ITALIANA
La Definición más lógica seria, custom a la italiana, pero esto no debe llevarnos a ambigüedades. La Indiana poseía una ciclista clara y efectiva, con la cual se podía conducir alegremente sin miedo a estrellarse en la primera curva comprometida. Además, su motor recuperado del modelo Pantha, empujaba con generosidad y rapidez. En este caso se modificó el calado del cilindro posterior a 180º y los carburadores estaban colocados en el centro de la V que forman los dos cilindros, al igual que la Elephant. De esta manera el escape del cilindro posterior tenía la salida por detrás, como la Morini Excalibur, la otra espagueti western. Aunque la Indiana es una autentica custom, mantiene intacto su carácter Ducati. Para diseñar la Indiana, el departamento de diseño de la firma, utilizó el chasis de la Elephant como punto de partida. Si señor, una buena manera de reutilizar los componentes de la casa. La primera presentación de la Indiana, tuvo lugar en Salon EICMA de Milán, en 1985. Este primer prototipo, contaba con una cilindrada de 750 CC. Sin embargo, la producción se basó en cubicajes inferiores: 350 y 650 CC en el curso del año 1986, y para la 750 habría que esperar al año siguiente. La configuración interna del propulsor y las características técnicas, eran comunes para las tres cilindradas.
LA MOTO
"Probablemente la Indiana no pasará a la historia como una verdadera Ducati", pero quien ha tenido la oportunidad de disfrutarla, seguro que guardará un buen recuerdo. La línea de esta custom a la europea, es similar a la de motos como la Morini, Moto Guzzi o las custom japonesas de principios de los ochenta. La gran diferencia entre la Indiana y sus rivales japonesas, estaba básicamente en sus prestaciones, tanto del motor como de su parte ciclo.La moto llamada caballo, siempre se manifestó claramente superior a la concurrencia en lo que se refiere a su pilotaje, y todo gracias a un chasis muy rígido, una frenada segura, neumáticos sport y una horquilla, que a pesar de su longitud, se mostraba suficientemente rígida. Todo ello permitía que la Indiana se mostrase como una moto muy divertida en ciudad, donde se desenvolvía con facilidad y destreza. En carreteras extraurbanas tipo montaña, la Indiana adopta un buen ritmo de conducción y si le retuerces el mango, sus instintos ducatistas florecen de inmediato.En los largos recorridos, y sobre todo en autopista, la Indiana ponía en crisis al piloto debido a su erguida posición de conducción, causándole un autentico estrés aerodinámico. Además, se encontrará con otro inconveniente, la poca autonomía, había que detenerse cada 100 kilómetros para repostar.Ahora que nuestra mente esta acostumbrada a las invencibles Harley Davidson, la Indiana nos puede parecer un esperpento. Pero no debemos olvidar que mientras la Indiana asomaba por las cadenas de montaje, las Harleys resucitaban del purgatorio.A pesar del limitado número de unidades que salieron de la factoría Ducati, 2.318 para ser exactos, la Indiana llegó a venderse en todo el mundo. Incomprendida por los bikers de los ochenta, nuestra spaghetti wester se anticipó al boom custom de los noventa.
A TRAVÉS DEL OBJETIVO
Observando detenidamente la Indiana, vemos que sus formas representan el custom más expresivo de los ochenta y noventa. El conjunto chasis motor es concluyente para el diseño de cualquier tipo de moto. Es posible ue muchos no se hayan dado cuenta del papel secundario que han tomado los chasis en el mundo custom, un papel más estético que funcional. En cambio en el caso de la Indiana se invierten los factores. Ducati concibió una custom a partir de un chasis. Igualmente el motor Pantha es perfecto, tanto estética como funcionalmente, para conformar una custom. Y es evidente que los bicilindricos en V, son las motorizaciones que mejor encajan en estas motos. El ensamblaje de las diferentes piezas de la Indiana no deja mucho lugar a criticas, aunque siempre esta el factor gustos. Yo solo diré, que en la vista lateral se muestra algo rechoncha. La unidad fotografiada dispone de unas tapas laterales diferentes a las de origen. A mi parecer más logradas. El motor Pantha posee un aspecto agradable y equilibrado. Las llantas de aleación con tres brazos dobles, ahora se ven anticuadas, evidentemente, pero tampoco molestan.Toda la moto esta bastante guarnecida, es una custom. En orden de marcha es una moto dócil y agradecida de llevar. Yo la definiría como anónima y silenciosa. Su comodidad salta a la vista, y el asiento trasero se percibe igualmente cómodo.
Hay una curiosidad que me tiene intrigado. ¿Por qué Ducati no tiene en cuenta a este modelo en su catálogo de motos fabricadas por la marca? Quizás quiera borrar de su pasado modelos que no tienen nada que ver con la velocidad y la competición. ¿Será la Indiana la oveja negra de la familia? Espatummmmmba!
revistamotosdeayer.com

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