Como preludio a la festividad de San Juan, ayer tenía lugar la VIII Ruta Turística Nacional de Motos Clásicas, organizada por la Escudería Clásicas Los Llanos de Albacete, club integrado por un centenar de aficionados cuya andadura se remonta a principios de los años 90.
Su secretario, José Quesada, nos aseguraba que la actividad motera reúne en su desarrollo aspectos turísticos y culturales, además, claro está, de la pasión por las motos de época.Alrededor de 300 motoristas venidos de todos los rincones del país e incluso de Francia e Italia, tomaron la salida a las 9,30 horas de la mañana en la puerta de los Salones Santa Isabel, donde una hora antes se realizaron las inscripciones, exigiéndose sólo como requisito que las motocicletas participantes tuvieran como mínimo 25 años de antigüedad.
El precio de la inscripción fue de 45 euros para los moteros y de 40 para los acompañantes, precio en el que se incluía desayuno, comida y diversos regalos.
La ruta, de 84 kilómetros y que los participantes recorrieron a una velocidad de 50 a 60 kilómetros por hora, debido a las propias limitaciones mecánicas y a la poca cilindrada de los modelos más antiguos, partió de Albacete por la Carretera de las Peñas hacia El Salobral, Peñas de San Pedro y Alcadozo, localidad donde los moteros almorzaron a las 11 horas, gracias a la amabilidad del Consistorio, que colabora en la actividad; después de reponer fuerzas salían en dirección a Casa Blanca, Pozohondo, Nava de Arriba y Campillo, desde donde regresaron a la capital, donde llegaron a las 14,30 horas, recorriendo las calles más céntricas de la ciudad, en medio de un calor sofocante.
Tras una comida de hermandad, el encuentro finalizará con el sorteo de regalos.El secretario de Clásicas Los Llanos destacaba que todo transcurrió según lo previsto, para lo que se estableció un dispositivo de apoyo y seguridad, que contó con remolques para transportar las motos averiadas, mecánicos, un médico, ambulancias, personal sanitario, un autocar y el apoyo de la Guardia Civil y la Policía. Finalmente, Quesada hizo hincapié en la amplia variedad de modelos que participaron en la ruta, «una magnífica ocasión para compartir experiencias con aficionados y amantes de las motos antiguas de otros clubes». Así, los aficionados pudieron admirar modelos que databan de mediados de los años 20 en algunos casos, como alguna Harley-Davidson, Guzzis de mediados de los 30 y otros modelos clásicos de los años 40 y 50, como la Peugeot Movesa, la Montesa Impala o la Bultaco Metralla.
latribunadealbacete.es
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