
Freno delantero
Cuidado: si frenas en plena curva mientras la rueda delantera está sufriendo ya mucha carga –por velocidad–, lo más fácil es que se superen sus posibilidades de agarre y “la pierdas” por simple deslizamiento. Es lo que se llama «cerrarse la dirección», pues el manillar se dirige hacia el interior de la curva… mientras pierdes la rueda cayéndote hacia fuera. Por otro lado, el “frenar-soltar” hace que se extienda la suspensión delantera, abriendo la geometría de la moto, y dificultando la entrada en la curva. Lo mejor: mantener el freno delantero “sólo ligeramente” tocado (para mantener la suspensión “abajo” hasta que lo haga la inercia de la propia entrada en la curva, pero sin llegar a comprometer el agarre) y así poder cerrar mejor hacia el ápice.
Freno posterior
En caso de tener que rectificar tu velocidad en plena curva por darte cuenta de que has entrado demasiado deprisa, no uses el freno delantero –puedes perder la rueda delantera como hemos dicho–, pero sí puedes “timonear” pisando muy ligeramente el pedal del freno posterior sin que ello abra la trazada y sin que afecte apenas el equilibrio en cabeceo de la moto…
Abriendo trazada
Ejercicio. A ritmo muy tranquilo, y siempre con pleno control del agarre delantero, presiona ¡ligeramente! el freno delantero en plena curva: verás que la rueda delantera tiende a “levantarse”, y la moto a abrir la trayectoria…
“Timoneando”
Un buen truco: cuando veas que debes «regular» velocidad en plena curva puedes dar un toquecito al freno posterior y, aunque te suene antinatural, sin necesidad de quitar gas. Ello evitará el cabeceo del “cerrar-abrir” que afecta el agarre.
Reglaje de mandos
Teniendo por supuesto que el estado de pastillas, discos y líquido es el que debe, no tengas pereza en ajustar tanto la distancia de la maneta al puño como la altura del pedal trasero. La buena ergonomía es sinónimo de inmediatez de reacciones…
Frenada en derrapadaPara los más expertos. En realidad, la frenada en derrapada “tipo supermotard” permite salvar situaciones de emergencia (nos hemos equivocado y llegamos demasiado rápidos) más que mejorar el ritmo. Eso sí, “adorna” la conducción. El proceso es: frenar delante para descargar el tren trasero. Se bajan una o dos relaciones para aprovechar la retención del motor. Y se aúna un toque al freno posterior mientras se coloca el cuerpo para «hacer derrapar» la rueda trasera. Lo más importante: ¡modular con el embrague! para controlar el bloqueo…
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