
No se habían apagado aún los rescoldos de las hogueras y el alcalde, Javier León de la Riva, y el presidente de Turismoto, Mariano Parellada, ya pensaban en la edición del 2011. «Ayer mismo iniciamos las conversaciones con la Junta porque Turismoto quiere que sea fiesta de interes turístico y hay tres escalas, regional, nacional y europea. Empezaremos esta semana con el papeleo para intentar que ese 30 aniversario, que dicen algunos que ya habremos salido de la crisis, sea especial», anunciaba el primer edil. Y Parellada, aun satisfecho por el resultado final, empezaba a hacer el repaso mental de las cosas que organizativamente podrían mejorarse para próximas ediciones. «Zonas del vallado que son habitualmente saltadas o tiradas por cierto público. También la iluminación en ciertas zonas del camping, pequeñas cosas que se pueden hacer mejor», decía.
El caso es que Pingüinos 2010 ha salido mucho mejor parado de lo que se podía prever cuando la nieve amenazaba con taparlo todo. La sensación ha sido engañosa, puesto que en Valladolid no ha nevado, pero la realidad es que los accesos a la provincia se han visto muy afectados. «Hay que reconocer que ésta ha sido una edición muy dura, porque aquí no ha nevado pero estábamos rodeados de nieve prácticamente en un radio de cien kilómetros en todas las direcciones. Los motociclistas han tenido muchísimas dificultades para llegar a Pingüinos y lo han intentado una y otra vez y muchos han conseguido llegar para contabilizar estos más de 22.000 inscritos», señalaba Mariano Parellada.
Sede por mucho tiempo
Una cosa hay ya definida para la próxima edición, y es que la sede será la misma. Y puede que por mucho más tiempo del que se firmó hace poco más de un mes, cuando se rubricó un convenio entre el Ayuntamiento y Turismoto hasta el año 2014. «El Ayuntamiento se ha volcado y pretendemos que esta ubicación sea definitiva, no sólo esos cuatro años que se han firmado», explicaba al respecto León de la Riva.
La ceremonia final, con rueda de prensa de los Pingüinos de Oro, premios de la concentración y sorteos, se abrevió al máximo por el frío y por la prevención necesaria para evitar disgustos en el viaje de regreso. Muchos ya habían salido cuando Julián Simón recogió su Pingüino de Oro. Los coches por fin tuvieron acceso libre al recinto y pudieron empezar a cargar con tiendas de campaña, carpas, barbacoas, estufas y demás equipaje, todo aquello que una moto no puede transportar.
Pasado el mediodía, cientos de motos abandonaban el pinar en un desfile interminable. «Lo que nos toca es recoger, ultimar los flecos que nos quedan para cerrar la concentración, descansar un poquito y empezar a pensar en la siguiente», decía Parellada. La edición del 2010 había terminado. ¡¡¡Bienvenidos a Pingüinos 2011!!!
pinguinos.nortecastilla.es
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