JORDI PERDIÓ A RUBÉN EN UNA CARRERA DE SUPERSPORT EN MONTMELÓ, EN 2006 -El piloto de Laglisse, nuevo campeón de España de Moto2
-Emotiva dedicatoria a su hermano fallecido.
Hace algunos unos días, como cada año, Jordi Torres tenía que maldecir una fecha demasiado señalada en su memoria. El 8 de octubre persigue a la familia Torres desde el año 2006. Ese día Rubén, el hermano menor de Jordi, perdió la vida tras sufrir un accidente en Barcelona. Se disputaba una carrera de Supersport en el Campeonato de España y Rubén, al poco de la arrancada, rodó por el suelo, siendo arrollado por varios rivales de forma involuntaria. Las gravísimas lesiones en el tórax y la cabeza terminaron con su vida. En aquella carrera su hermano Jordi, ignorante de la tragedia, salió a disputar la tercera manga. Mientras él flotaba con la moto por las curvas de Montmeló, su hermano exhalaba el último suspiro en el Hospital general de Barcelona.
Hoy, Jordi le obsequió a su hermano con un título muy sentido. Torres, ya campeón de Moto2, atravesó la línea de meta, bajo el platillo de la recta de Jerez y detuvo su Suter al final de recta. Desdobló su habitual número 18 y lo convirtió en un improvisado 9 como el que Rubén lucía en el carenado cuando competía. Jordi miró al cielo, encapotado, y elevó los brazos señalando a su ‘pequeño’ allá donde estuviera. El mejor regalo de su vida para la persona más querida de su vida.
“Quiero agradecérselo a todo el equipo, mi familia y la gente que me ha apoyado. Esto para mí es un sueño cumplido", observó más tarde, nada más descender del podio. Jordi, que esta temporada disputó algunas carreras en Moto2 con el equipo Mapfre Aspar, conquistó su sueño –el Campeonato de Europa no le hizo tanta ilusión- de ser campeón de España con el Team Laglisse de Jaime Fernández-Avilés. Se la devolvió a su compañero, Carmelo Morales, que el año pasado se alzó con la corona en esta misma categoría.
La lluvia no era rival para Torres. Era su día. Y el agua no podía anegar sus ilusiones. No hizo falta que marcara de cerca a Morales. Le valía casi con terminar. El sueño estaba muy cerca. Por él, por su hermano, por su padre, por aquella barbilla rota la primera vez que se subió a una moto, una pocket bike con seis. Entonces no sabía ni montar en bici y en la primera curva se dejó el mentón. Ayer pudo cerrar todas sus cicatrices.
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lunes, 21 de noviembre de 2011
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