Ahora es el turno de las motos. La aprobación por parte de la Generalitat de un plan Prever de ayudas a los compradores de motocicletas, que llegan hasta los 1.050 euros, ha aumentado la presión sobre el Ministerio de Trabajo. La negociación se centra en una propuesta de la patronal Anesdor que supondría un coste de 20 millones para intentar frenar una caída del mercado del 54%.El gasto que supondrían las ayudas es, para José María Riaño, secretario general de Anesdor, "perfectamente asumible" teniendo en cuenta que se recuperaría a través de los ingresos por el IVA y el impuesto de matriculación generado por las matriculaciones adicionales.CAMINO DESPEJADO
El camino para que las motocicletas se sumen al plan 2000E de subvenciones a la renovación del coche parece despejado después de que las marcas hayan manifestado que están dispuestas a contribuir, tal como les exigía el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y que aceptan el esquema del plan catalán.
En el AutoCAT, los fabricantes dan el doble de la ayuda pública (de 100 a 350 euros).Un portavoz del ministerio aseguró ayer que las ayudas a la compra de motos dependen de la negociación con las marcas, a las que también se les propondrá un esquema parecido al del plan 2000E.Riaño pidió la máxima celeridad en la decisión del Ejecutivo central para acabar con el parón que sufren las ventas ante la expectativa de una inminente aprobación de bonificaciones. El sector prevé una situación mucho más complicada en las fábricas --que concentran en Catalunya el 83% de la producción total-- después del verano si no remontan las ventas. La caída de la producción del 40% en el primer trimestre ha agotado la flexibilidad interna de las plantas, que han prescindido de los trabajadores temporales y tienen a la plantilla fija en expedientes de regulación de empleo temporales.Aunque Anesdor elogió el plan catalán, el primero en España en subvencionar la renovación de ciclomotor o moto, advirtió de que "habrá que pulir algún aspecto", entre los que citó el reparto en tramos de las ayudas teniendo en cuenta las posibilidades económicas de las marcas.Después de las críticas por parte del socio del Govern ICV, el AutoCAT recibió ayer nuevos reproches por no tener un máximo de emisiones de dióxido de carbono, algo que la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, aseguró que no le gusta.
HUGUET REBATE A ESPINOSA
"Se puede hacer compatible el incentivo a la actividad industrial con vehículos menos emisores", argumentó Espinosa, que añadió que intentará "hacer ver esta necesidad" a Montilla. La reacción no se hizo esperar y el conseller de Innovació, Josep Huguet, recomendó a Espinosa que, en lugar de interferir en las competencias autonómicas, vigile la competencia desleal de algunas comunidades que no cumplen la normativa medioambiental. El secretario de organización del PSC, José Zaragoza, indicó que si las ayudas no gustan a Espinosa "es su problema".Greenpeace se sumó a las críticas al asegurar que "es inadmisible que el dinero público subvencione el cambio climático que ya está perjudicando a otros sectores económicos catalanes y a sus puestos de trabajo, como el vitivinícola o el turístico".
elperiodico.com
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