Los adjetivos se agotan para describir la temporada de Lorenzo, lanzado hacia su primer título en MotoGP. La crónica de Assen la titulamos 'Lorenzo finiquita el título en seis carreras' y para ésta de Montmeló, donde ha logrado su quinta victoria del año y tercera consecutiva, lo más recurrente es destacar que ya cuenta con dos carreras de ventaja, tras siete disputadas y con once por delante. Es decir, que podría adelantar sus vacaciones de verano, perderse en una playa paradisíaca en buena compañía y volver aún líder a la cita de mediados de agosto, en Brno.
Los 52 puntos que el 99 le saca a Pedrosa, brillante segundo clasificado ayer, es una de las diferencias más bestias vistas en la era MotoGP con tan poco campeonato disputado. Por sólo cuatro puntos no estamos hablando de una combinación en la que sus rivales ya dejan de depender de ellos mismos. Si la misma diferencia con el segundo se mantiene tras la próxima cita, en Sachsenring, entonces ya sí que podremos asegurar que Lorenzo sería campeón sin necesidad de ganar siquiera una carrera más: diez segundos puestos en otras diez victorias de Pedrosa le bastarían al balear para coronarse.
Por suerte para la salud del Mundial, que no para sus incondicionales, que cada vez son más, él mismo asegura que no está en condiciones de ganar todas las carreras, por lo que deberá regresar algún día la emoción por la victoria. En lo que va de año, sólo se ha vivido un final apurado, en Jerez. Contribuirá a la mejora del espectáculo el regreso para Alemania de Rossi, que tiene previsto probarse esta misma semana en un circuito italiano con una Yamaha R1.
En Montmeló, el único que le plantó cara fue Dovizioso, pero se cayó en la vuelta 15. Ambos iban escapados y el italiano llegó a pasar una vez al español. Después se supo que iba tan colgado, además de por el estrés que genera Lorenzo en sus rivales, por un fallo hidráulico que dejó sin presión su freno trasero.
La caída de Andrea sirvió para que Pedrosa y Stoner, sus perseguidores, tuvieran asegurado un puesto en el podio aunque, si hubieran peleado por el tercero, también habría entrado Dani por delante de Casey. El australiano se flageló después en la rueda de prensa, reconociendo que cuando vuelva Rossi igual Lorenzo lo tiene más difícil, porque si el espectáculo depende de su oposición, mal vamos.
El de Ducati no le metió ni una sola vez rueda a la Honda de un Pedrosa que sí levantó al público de sus asientos. Tras colarse en la primera curva, al fallarle el freno delantero, quedó relegado a la novena plaza. En la segunda vuelta había recuperado cuatro plazas y en la sexta ya era tercero, sin necesitar ni poder adelantar más, porque Dovizioso se cayó y Lorenzo fue inalcanzable.
as.com
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