Fuentes próximas a la compañía indicaron que la dirección comunicará su decisión a la plantilla mañana, jueves, y que la empresa plantea el recorte de 400 puestos de trabajo.
El cese de la actividad productiva llega un año después de que Yamaha anunciara el cierre de su planta italiana y trasladara la producción de dos modelos de gran cilindrada a España. Estos nuevos productos alejaron el fantasma de los expedientes de regulación de empleo en 2010, pero no han impedido el cierre de las instalaciones.
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La compañía no ha querido hacer declaraciones, pero las fuentes consultadas explicaron a EXPANSIÓN que la decisión responde a la caída del 47% de las ventas de Yamaha en Europa en los últimos tres años y al descenso del 55% en la producción de motocicletas en el Viejo Continente desde 2008. En diciembre, Jorge Lasheras abandonó la presidencia de Yamaha en España tras 22 años. En enero, fue relevado por Hajime Yamaji, máximo responsable de Yamaha en Europa.
Antes de dejar su puesto, Lasheras ya alertó de que, si el mercado europeo de Yamaha no mejoraba, existía un “riesgo de sobrecapacidad”. Las instalaciones actuales tienen capacidad para producir 130.000 unidades, mientras que, en 2010, la fabricación fue inferior a las 96.000 motocicletas. En Europa, Yamaha también cuenta con un centro productivo en Francia, aunque el destino de la producción realizada hasta ahora en España no ha trascendido. La dirección de Yamaha tenía previsto reunirse esta semana con el conseller de Empresa, de la Generalitat, Francesc Xavier Mena, para abordar las consecuencias laborales.
En 2009, la también japonesa Honda anunció el traslado a Italia de lsu producción española, donde cuenta con una fábrica a escasos metros de la de Yamaha. Actualmente, sólo mantiene en Barcelona la actividad comercial y una línea de pintura.
expansion.com
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