lunes, 24 de agosto de 2009

Suzuki SFV 650 Gladius: para todo y para todos

La llegada de la Gladius ha permitido a Suzuki recuperar posiciones en un nicho de mercado que durante años tuvo a su veterana GS 500 como referente. El modelo hereda parte de sus bondades y también parte de las de la SV 650, aunque con un marcado estilo propio.

En el mundo de la moto nada sustituye a nada. Dos modelos con características muy similares no tienen por qué tener el mismo éxito, aunque esto no cierra la puerta a que el carisma de uno - o de dos-no pueda ayudar a triunfar a su sucesor. Y esto es precisamente lo que espera aprovechar la Suzuki Gladius, en la cual se funden la esencia de la ilustre jubilada GS 500 y de la otrora exitosa SV 650.

El nuevo modelo del sello de Hamamatsu no es, sin embargo, una mezcla de viejas celebridades, ni mucho menos la segunda parte de nada, es una moto con una notable personalidad propia que suma bondades conocidas a un patrón tallado desde cero. Así se comprueba al analizar el motor - clara herencia de la SV-o sus medidas y polivalencia, en la línea de la popular GS 500. El propulsor es la evolución del conocido dos cilindros en V a 90 º con culatas de cuatro válvulas y doble árbol de levas de la marca, dispone de una inyección electrónica rediseñada y de una nueva gestión electrónica que lo hace más plano y aprovechable en la parte baja y media del arco de potencia. Esta característica se nota, sobre todo, en el uso urbano, donde la Gladius es capaz de moverse con una agilidad inaudita sin necesidad de llegar a engranar siquiera la relación más corta. Con la gestión del motor han mejorado también los niveles de emisiones y, principalmente, el consumo.

El mercado femenino
Pese a las bondades mecánicas y al alarde de simplicidad y robustez que en Suzuki pueden hacer de esta SFV 650, el otro punto fuerte está en su imagen. Lejos de ser práctica y nada más, la Gladius rebosa personalidad, pudiéndose considerar una moto bien razonada y, a su vez, con un gran estilo. Lo mejor del caso es que las soluciones que se han encontrado para hacerla llamativa y cargarla de buenos detalles son fruto más de un buen uso de la imaginación que de tirar de gadgets que incrementarían su precio. Los acabados del chasis, el diseño de las placas y embellecedores o las combinaciones de colores resultan originales y dan un buen empaque a un producto que tiene, además, la gran misión de abrirse un hueco entre el público femenino.

Es el amplio segmento de público por el que se espera que se mueva la Gladius lo que ha llevado a bajar su asiento hasta una altura al abasto de cualquier talla, así como a trazar una ergonomía en la que la libertad de movimientos y la comodidad lo son todo. La lástima es que, con tan poco mullido en el asiento, el abandono de las calles y los semáfotos para buscar la distracción por carretera abierta la convierten en algo incómoda. Este es, junto con una horquilla delantera algo blanda - cómoda en ciudad pero algo justa en un uso más alegre-,el único pero con el que se presenta este modelo.

Por el contrario, el chasis multitubular, el cuadro de relojes con indicador de marcha engranada (los usuarios que vengan del scooter lo agradecerán), el diseño del frontal, el remate del colín o los buenos acabados evidencian que si algo no le falta a la Gladius es interés por gustar a cualquiera que busque una moto bonita y para todo.
lavanguardia.es

No hay comentarios: