La frase en cuestión circula por Internet desde hace algún tiempo y es la que mejor define el estado de gracia por el que atraviesa nuestro deporte: "Soy español. ¿A qué quieres que te gane?"
En motociclismo son muchos los éxitos que se habían logrado ya, pero nunca antes ningún país había copado todos los títulos en juego como este año va a hacer España: tres de tres gracias a los ya coronados Lorenzo (MotoGP) y Elías (Moto2), más el que está por llegar en 125cc.
El pleno arrancó en Sepang y ya sólo queda por saber quién será el tercero para la foto oficial del 7 noviembre, en Cheste, cuyo nombre saldrá del tridente que forman Márquez, Terol y Espargaró. Ellos, junto a Vázquez, coparon las cuatro primeras plazas de 125cc y, combinado con el quinto de Smith, el inglés ya no podrá alcanzar este curso el liderato del octavo de litro.
Tras la exhibición de los cachorros, llegó la hora de la verdad para Elías. Y todo estuvo a favor del líder, que no pudo ganar la carrera (acabó cuarto) pero tampoco tuvo demasiados problemas para conseguir su objetivo por los problemas, concretados en una caída, que sufrió quien ya era su único rival, el toledano Julián Simón.
Lo primero que hizo Elías al cruzar la meta, ya como el primer campeón de esta nueva categoría media, fue romper a llorar y pensar en el mensaje escrito en un papel que su tío Juan le había dejado poco antes de morir, hace cuatro años. Le pidió que se acordara de él en ese instante, porque estaría viéndole desde el cielo. Toni cumplió. Después paró en la segunda curva, cambió su mono junto a los miembros de su equipo por uno en oro y plata (símbolos de su victoria) y paseó la bandera de España que le dio AS. Lo que siguió luego fueron los vítores al campeón, el abrazo emocionado con su familia y la entrega a su madre del mejor regalo en su cumpleaños: el título.
Para Lorenzo la historia fue parecida, aunque en su caso la carrera sí le dio para subir al podio, en el tercer peldaño. Acabó la prueba por detrás de Rossi y Dovizioso, sin ofrecer en esta ocasión resistencia cuando le pasaron los italianos. Le valía con un noveno y certificó el primer título español de la era MotoGP con un tercero.
Once años después de Crivillé, el motociclismo nacional vuelve a triunfar en la clase reina. Lo hace gracias a un piloto que nació para reinar y que con sólo 23 años está en condiciones de comenzar una dinastía que lleve su nombre. "Ya me puedo morir tranquilo", llegó a decir en la rueda de prensa, el mismo escenario en el que se arrancó a cantar el We are the champions (somos campeones) y que remató con un rotundo Champions of the world (campeones del mundo).
A Valentino le quedó el orgullo de lograr su victoria 46 con Yamaha, tantas como su famoso número, y el detalle de la felicitación a su compañero, lo mismo que él hizo en las dos temporadas anteriores. Ahora es Lorenzo quien ocupa el trono de la clase reina y permanecerá por siempre en los anales de la historia como el primer campeón español que conquistó MotoGP. Este título se suma a los dos de 250cc para convertirse en tricampeón, con mayúsculas, y amenaza con conquistar más en el futuro. Sus 23 años, su talentazo y su furia son el mejor aval para creer que lo conseguirá. De momento disfrutemos de éste...
as.com
lunes, 11 de octubre de 2010
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